El mundo es un lugar muy cambiante desde sus orígenes y para poder observar esto no es necesario que tengamos en cuenta siquiera a la especie humana. La tierra tiene su propia dinámica, es un ser que funciona de manera mecánica y tiene un devenir aparentemente inalterable. Cuando añadimos a todo esto al hombre y al resto de seres que habitan el planeta, su dinamismo tiende a multiplicarse de manera irrefrenable, la vida tiene esas cosas. Y en medio del inmenso ir y venir de los acontecimientos que han venido formando la historia nos encontramos tratando de avanzar para que el inmenso libro a medio escribir de nuestras vidas no se quede a medias. Es en ese momento en el que estamos en la mas pura actualidad, en el que todo lo que nos rodea queda constatado en multitud de esferas y soportes, en este mundo plagado de medios y posibilidades para conocer y desconocer cosas (porque tantas alternativas suelen liarnos un poco), es ahora cuando la actualidad y la historia quedan ligadas de manera instantánea. Cada acontecimiento, cada lucha, cada grito es historia en el mismo instante en que tiene lugar, ya que son cosas nuestras, la historia es nuestra al igual que cada momento que vivimos.
